Por Norbert Irizarry Rivera
En el año 2013 me encontré con el historiador Don Fernando Bayron Toro (QEPD), para recibir de sus manos el libro, Mayagüez: Temas de su Historia y Geografía. Una joya del patrimonio cultural e histórico de nuestro pueblo.
Allí descubrí que un acestro de la familia donó tierras en el 1760 para construir la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria, quien originalmente fue una Ermita de madera. Don Esteban Irizarry y Bernardo Irizarry fueron gestores de la fundación de la Sultana del Oeste.
Seguí leyendo, y fue fascinante conocer como en nuestro pueblo se orquestó parte del desarrollo político y social de avanzada. Mujeres y Hombres valientes destacados en todas las áreas que trascendieron los límites del Río Grande de Añasco y el Río Guanajibo.
Esta pasada semana; difícil y tormentosa, los mayaguezanos recordamos la fundación de la Sultana del Oeste. Tradición que no debemos perder nunca.
En la escuela nos han dicho que la historia es un término que consiste en sucesos del pasado. Muchas veces asociamos el pasado con lo obsoleto, y no logramos entender que la historia se debe recoger, para vivirla.
Nuestra ciudad de Mayagüez tiene demasiado en el almacén. Es hora de sacar de la maleta lo que fue una ciudad propulsada por el «orgullo mayaguezano».
Nuestra micro cultura fue desarrollada por ciudadanos que se levantaron de las peores crisis. No hubo excusas ni señalamientos cuando hacían falta rieles para el tren o madera para reconstruir el pueblo de los incendios.
Recordar a los fundadores no debe ser un simple acto simbólico, debe ser un dogma de política pública. En la semana de la celebración de los 262 años de fundación, nos toca llenar una nueva página en el libro de la historia de Mayagüez. Vecinos que volvieron a levantar una ciudad del golpe natural.
Fiona nos recordó que nuestro pueblo es fuerte. Ahora toca recuperarse y atender de manera urgente aquellos lugares de nuestra ciudad que merecen atención. La planificación estratégica debe ser el norte de esta administración municipal.
Es hora de llamar al cónclave mayaguezano. Un grupo de líderes de nuestro pueblo que representen cada aspecto de la sociedad y tracen un plan de desarrollo para Mayagüez. Necesitamos que el gobierno abra las puertas a la sociedad civil.
Si algo demostró Fiona fue que en las comunidades nos rescatamos nosotros mismos. Ahí yace el espíritu de nuestra identidad. Aplauso a los que todavía andan en las comunidades trabajando y procurando estabilidad. Esos son los héroes.
Norbert Irizarry Rivera
Analista de Estudios Profesionales, Ex-Asesor Legislativo y Profesor de Historia