Favorecen capacitación financiera para el retiro de la fuerza laboral

El Capitolio- La Asociación Americana de Personas Retiradas (AARP) favoreció en una vista pública inicial el Proyecto de la Cámara 2302, que busca crear la “Ley de Capacitación y Planificación para la Seguridad Financiera y el Desarrollo Económico de la Fuerza Laboral en Puerto Rico”, para que la fuerza laboral en la Isla se prepare económicamente durante sus años productivos y así tengan herramientas en el retiro.

La posición fue vertida por el Lcdo. Eddie Olivera Robles, director asociado de AARP, ante la Comisión de Desarrollo Económico, Planificación, Telecomunicaciones, Alianzas Público Privadas y Energía, presidida por el representante Víctor Parés Otero, quien es autor de la medida que aparte tiene como objetivo, activar el programa mandatorio de capacitación financiera para todos los empleados del sistema público, así como fomentar alianzas con el sector de recursos humanos de la empresa privada para educar en este tema a sus empleados.

El proyecto en análisis es producto de una investigación realizada por la comisión, en la que se reveló que la población adulta, compuesta por 1.3 millones de personas, son responsables del 43 por ciento del total de la actividad económica del país, al aportar $25 billones a la producción económica de nuestro país.

Estas cifras fueron presentadas en un estudio subvencionado por AARP-Puerto Rico durante el proceso investigativo de la Comisión, titulado “Puerto Rico y la Nueva Economía de la Longevidad,” desarrollado por la entidad Oxford Economics.

“El documento subraya la importancia que tiene para Puerto Rico que nuestra fuerza laboral se prepare para tener seguridad económica en el retiro. Desde este punto de vista, tenemos que pensar no sólo en la población de jubilados actual, sino en cuál será el perfil de la población de futuros jubilados, sobre todo ante la virtual desaparición de los sistemas de pensiones en los sectores público y privado, y su sustitución por cuentas privadas de ahorro para el retiro”, manifestó el representante Parés Otero.

La pieza legislativa indica en su exposición de motivos que, entre diciembre 2016 y enero 2017, AARP-Puerto Rico llevó a cabo una “Encuesta a empleados activos y jubilados entre los 35 y los 64 años”. En esta entrevistaron a través de toda la Isla un total de 800 personas, 200 jubilados y 600 empleados activos en la fuerza laboral, de los cuales 51 por ciento trabajaban para el sector público, 32 por ciento para el sector privado y 17 porciento por su cuenta.  Además, reflejó que un 81 por ciento no aporta ninguna partida de su sueldo a un programa de retiro, aparte del seguro social.

“De este y otros estudios cualitativos y cuantitativos presentados por AARP en la investigación antes mencionada, se desprende que en Puerto Rico, a pesar de la existencia de varias iniciativas y programas dirigidos a la capacitación financiera, existe una grave deficiencia en las prácticas de ahorro y planificación financiera, y la preparación para el retiro por parte de las personas que trabajan. Esto se debe en parte a la deficiencia en la capacitación financiera, conocida en otras jurisdicciones de los Estados Unidos como financial literacy”, añadió el Presidente de la Comisión.

El deponente señaló que para llevar a cabo esta iniciativa “el reto es cómo creamos una conciencia individual de la importancia de dar mayor prioridad al ahorro, que al consumo”. El mencionado estudio fue acompañado por otro cualitativo que revela que en Puerto Rico existe una “psicología de dependencia” que obstaculiza la planificación y preparación para el retiro, debido a que en más de medio siglo el gobierno fue el mayor patrono de los puertorriqueños.

Según este, el acceso fácil al crédito promueve el exceso de consumo y limita la capacidad para ahorrar. Como resultado, los ingresos resultan insuficiente para cumplir con las obligaciones y ahorrar.

Entre los factores emocionales se mencionaron el hecho de que hay “demasiada gente esperando por una salvación ‘de afuera’, ya sea por ayuda del gobierno estatal o asistencia de programas federales”.

El director asociado de AARP sostuvo que este tipo de iniciativa es necesaria ya que “si no enfrentamos nuestra realidad y empezamos a propiciar cambios en los factores antes mencionados, la seguridad financiera de los puertorriqueños se verá seriamente afectada por varias generaciones”.

Por su parte, Kurt A. Schindeler, consultor en educación financiera para la empresa Everfi, favoreció el proyecto “ya que intenta proveer un mecanismo de educación financiera a las personas adultas, la gran mayoría de los cuales no recibieron este tema en sus cursos de escuela superior, ni universitario”.  

Este recalcó que, aunque la medida hace distinción entre altos y bajos ingresos, todos, sin importar el nivel socioeconómico, tienen que planificar para su retiro. Ante la pregunta sobre cuánto ahorrar, Schindeler, con más de 36 años de servicios, indicó que todo depende del estilo de vida de cada individuo. También recomendó definir seguridad financiera y que existan currículos ofrecidos en varios formatos, bien sea en línea, personal y/o grupal; y demostró preocupación de que se asignen ingresos para implementar esta pieza legislativa.

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