El gobernador Pedro Pierluisi convirtió en ley el Proyecto del Senado 814, de la senadora por acumulación Keren Riquelme, el cual declara el tercer sábado del mes de marzo de cada año como el ‘Día del Capellán’. En una sencilla pero emotiva ceremonia celebrada en la Fortaleza ayer, martes, el Primer Mandatario estampó su firma en la medida convirtiéndola en la Ley 48-2023.
«El Capellán tiene el llamado más hermoso de todos, el de servir, en los momentos más difíciles, a familias e individuos en crisis. Su compromiso, apoyado en la Fe que profesan los lleva a servir a todos por igual no importando el lugar, circunstancia o la creencia religiosa de quien sirven. El Capellán es una fuente de apoyo y guía espiritual para todos aquellos que necesitan un abrazo, un consejo o un hombro donde llorar, sabiendo que ellos sin juzgar, lo harán con el mayor de los respetos y servicio de altura, a la profesión que representan. Reconocerlos en este mes, es poco, comparado a todo lo que los Capellanes han aportado a la salud emocional y espiritual del pueblo de Puerto Rico», destacó la Senadora.
«Durante siglos, el Capellán ha sido una figura de alivio y presencia ministerial, llevando su mensaje de fe y paz a los lugares donde se encuentran los más necesitados. Por ello, la presencia de los Capellanes se ha destacado tradicionalmente en los hospitales, las cárceles, los asilos, los cuerpos de bomberos y policías, las universidades, las instalaciones militares y muy particularmente en los escenarios de guerra, de desastres naturales y funerales. Su socorro y consejo espiritual se extiende de igual manera a las comunidades y las ciudades», añadió la legisladora.
El Capellán encuentra significado a su labor ministrando a otros seres humanos durante las crisis. Se caracterizan, por ser profesionales de diversos antecedentes, variados tales como salud, educación, ministerio pastoral, salud mental, trabajo social y muchas otras carreras, que cuentan con destrezas en el arte de intervención en crisis y ansiedad, consejería, apoyo al necesitado, y en el arte de escuchar a las personas. Por ello, en el ejercicio de su ministerio el Capellán ayuda a otros a reflejar y reflexionar en el significado de sus vidas, a considerar sus temores, su fuente de apoyo, lo que les motiva y a encontrar su sentido de propósito en la vida.